Demasiada oferta global; problemas internos para acumular reservas. Esa es la ecuación que más preocupa al Gobierno nacional. El desplome del precio internacional de la soja se afianzó tras conocerse el informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que proyectó una cosecha récord de la oleaginosa. El país del norte del continente es el segundo mayor productor de soja del mundo, detrás de Brasil (la Argentina es el tercero pero con una cosecha tres veces menor). La proyección del organismo estadounidense da cuenta que, en la próxima campaña, se prevé una cosecha estimada en 125 millones de toneladas, contra los 147 millones que produciría Brasil. Agosto suele ser un mes importante para el desarrollo de la cosecha de soja en el Hemisferio Norte, y los operadores del mercado ponen bajo la lupa lo que sucede en el Medio Oeste de Estados Unidos -la principal zona productiva de este país-, que hasta ahora se espera que sea en gran medida beneficioso para los productores norteamericanos.

Esas no son buenas noticias para la gestión del presidente Javier Milei, que aguardaba la liquidación de la cosecha para, de esa manera, robustecer las alicaídas reservas internacionales del Banco Central. La oleaginosa no alimentará con las divisas que solía aportar el campo, en un precio en Chicago que es el más bajo en cuatro años.

La semana arrancó con fuertes bajas. Por caso, el contrato de soja más activo en la Bolsa de Comercio de Chicago terminó en U$S 360,45 la tonelada, mientras que el maíz a U$S 155,11 la tonelada. La baja registrada al iniciarse la semana continuó ayer, con una reducción promedio del 2,5% para los contratos pactados para septiembre.

En el mercado local, las cotizaciones de soja y maíz disponibles actualizadas a julio pasado , indica que los precios están en el nivel más bajo de los últimos años, dice un reporte de CREA. Además, el productor argentino también está condicionado por el contexto local: el porcentaje del precio internacional que percibe el productor es 52% en soja y 65% en el cereal. Así, el nivel de precios como el contexto local (política cambiaria y tributaria) condicionan la competitividad del negocio agrícola.

Además, la presión tributaria argentina no sólo está dada por el impacto de los Derechos de Exportación, sino también por su burocracia y otras imposiciones, señala un reporte de la entidad. En ese sentido, el diferencial de alícuotas de IVA en las empresas CREA representa hoy en promedio un capital inmovilizado de $ 16.700 la hectárea (equivalente a U$S 18/ha).

Hacia adelante, las proyecciones iniciales para el ciclo 24/25 describen un escenario complejo: en maíz, en el 62% del área proyectada el precio de indiferencia está por encima del precio de mercado. Es decir, los precios actuales no alcanzan a cubrir los costos. Del mismo modo, girasol y sorgo presentan la mayoría de las zonas productoras con precios de indiferencia por encima del mercado. Por último, en soja, sólo el 33% del área proyectada presenta un precio de indiferencia superior al del mercado, detalla CREA.

Otro problema que se le presenta a la Argentina son las pérdidas que ocasionó la chicharrita a la siembra de maíz. En varias zonas productivas del país, este escenario llevó a aumentar la siembra de soja, justo ahora que bajan los precios.

Retraso

Los productores argentinos retienen unos 30 millones de toneladas de soja, lo que llevó a un retraso en las liquidaciones que rondaría los U$S 2.300 millones.

Con los vaivenes que registró el mercado global, tras los datos negativos para la economía estadounidense y por la suba de la tasa por parte del Banco de Japón, hubo un retroceso en el precio internacional de algunas commodities, en una tendencia que se replica hace ya varias semanas. En el caso de la soja, la tonelada llegó a acumular una caída estimada en el 25% en lo que va de este 2024.

La soja ya tiene el precio más bajo de los últimos 18 años